Uno de los temas recurrentes en anteriores publicaciones de mi página Orientación Psicológica Deportiva OG, ha sido la influencia de la variable psicológica motivación en el rendimiento deportivo, de tal modo que su pérdida pudiera llevar aparejada no alcanzar las metas propuestas de una temporada, estos casos suelen darse de manera frecuente ante un mal resultado o por una lesión deportiva.
Esta pérdida de interés o motivación básica por objetivos atractivos puede hacer caer al deportista en una “Zona de Confort” no deseada que le aleje de tales fines, refugiándose así en otro tipo de motivación conocida como COTIDIANA, la cual lleva al deportista simplemente a disfrutar del buen clima o ambiente desarrollado en las sesiones de entrenamiento con el resto de compañero/as, sin plantearse retos de mayor infundia debido al sentimiento de frustración surgido por ejemplo de un reciente fracaso competitivo, disfrutando ahora simplemente de las sesiones de entrenamiento sin responsabilidad alguna.
Para recuperar de nuevo ese interés perdido es donde la psicología deportiva entra en juego, planteando la necesidad de establecer en este caso retos atractivos y asumibles por el deportista, buscando con ello atraer el interés por las tareas, cuya evolución o progreso gracias a ellas le permitan retomar de nuevo aquellos objetivos marcados al inicio de la temporada, elevando con ello su motivación e indirectamente su confianza al percibirse como un sujeto mucho más competente y resolutivo.
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