COHESIÓN DE EQUIPO:
A lo largo de las sucesivas publicaciones en mi página de Facebook he ido hablando de la importancia que tiene para la psicología que un deportista sepa regular adecuadamente ciertas “variables psicológicas” si pretende finalmente lograr sus metas deseadas. En definitiva, mejorar su rendimiento deportivo.
Aunque algunas de éstas, como la motivación y autoconfianza, están muy presentes en las modalidades deportivas de tipo individual también lo están en las colectivas, pero en éstas últimas destaca por su importancia decisiva en el resultado final, la variable de “cohesión de equipo”. Definida de un modo general como; “los procesos a través de los cuales hacen que los miembros de un grupo permanezcan unidos”, pues dicha unión hará posible alcanzar las metas individuales a través de las establecidas para el grupo.
Esto es factible siempre y cuando, el técnico como figura de autoridad dentro del equipo, sepa realizar la correcta asignación de roles para cada uno de los componentes. Como puede ser por citar algunos ejemplos de este proceder quién va a ser finalmente el responsable de tirar los penales o quién va a estar sentado de reserva en el banquillo sin ser titular durante la disputa de un partido de fútbol, pues si por parte de éste no se hace o no se distribuyen adecuadamente tales papeles se corre el riesgo de que se produzcan “choques de intereses”. Al no coincidir los objetivos de los diferentes jugadores con los del grupo, generando por ello un mal clima en forma de malas relaciones interpersonales, afectando a la motivación cotidiana de la actividad y derivando finalmente en la no consecución de los objetivos estipulados para la temporada.
En estos momentos resulta crucial la intervención del psicólogo deportivo a modo de negociador al orientar al entrenador cómo gestionar esta situación sumamente estresante con ayuda de ciertas herramientas conductuales para evitar futuras disensiones. Un ejemplo de ello sería mantener una charla personal o colectiva con el grupo a fin de aclarar los papeles a desempeñar. Dicho feedback se caracterizaría por un lenguaje claro con mensajes breves y precisos evitando posibles dudas y malentendidos. Destacar y valorar de manera pública (refuerzo verbal/social) la importancia que tiene la aportación de cada jugador al rendimiento final del equipo, intentando converger de esta forma y en la medida de lo posible los intereses individuales con los colectivos a cambio de ciertas gratificaciones no necesariamente materiales con vista a obtener los objetivos deseados, haciéndose participe y responsable a todos ellos de las decisiones adoptadas aumentando de esta manera la imagen de grupo cohesionado.


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