El deporte ecuatoriano y el Olimpismo están de luto. La sorpresiva partida del medallista de bronce del último Mundial de Atletismo en Doha 2019 deja un profundo dolor, pero su legado como el más grande velocista de nuestra historia permanecerá siempre en nuestros corazones.
En circunstancias que aún no han sido esclarecidas dejó de existir la noche del viernes en Guayaquil el velocista Álex Quiñónez e inmediatamente todo el país se sumió en una profunda consternación pidiendo justicia ante su repentina partida. Álex se alistaba para una base de entrenamiento en Estados Unidos.
Un error involuntario en el sistema ADAMS de la WADA le impidió participar en Tokio 2020, los que iban a ser sus segundos Juegos Olímpicos luego de que en Londres 2012 lleve el nombre de Ecuador a la final de los 200 m planos y se ubique entre los siete mejores del mundo.
Álex formó parte de la delegación olímpica en los Juegos este verano, pues su derecho lo había ganado. En 2019 impuso récord nacional (19.87) en Lausana, en el circuito de la Liga Diamante. Aunque no pudo competir en Tokio, ya que el fallo no fue a su favor, Álex se preparaba para su retorno oficial a las pistas, previsto para el Mundial de Oregon en 2022.
Pero a él nunca le gustaba adelantarse a nada, esa siempre era su cábala, incluso evitaba dar entrevistas previo a sus competencias, pues sabía que una prueba tan rápida podía acarrear sorpresas.
Así sucedió en Doha 2019, prefirió trabajar cada heat en silencio y una vez que conquistó la medalla de bronce, accedió a todas las preguntas, pero para entonces quedaron cortas las palabras para expresar lo que sentía y asimilar la gloria que había alcanzado.
“Esa medalla es algo grande, por primera vez en la historia un velocista ecuatoriano consigue una medalla en un mundial, para mí es una alegría bien grande, no me la creo todavía”, dijo en aquella ocasión.
Con ese logro cerró una temporada brillante en la que se coronó además campeón de los Juegos Panamericanos Lima 2019 y terminó segundo en el Circuito de la Liga Diamante, donde solo llegan los atletas con las mejores marcas del mundo. Su destacada campaña lo llevó a ser galardonado como el mejor deportista del año con el trofeo Citius Altius Fortius que otorga el Comité Olímpico Ecuatoriano en su Gala anual de premiación.
Pero cualquiera no creería, que ese mismo Álex Quiñónez apenas había retornado a las pistas dos años antes, tras los Juegos Panamericanos de Toronto 2015, tuvo una para en su carrera deportiva.
Sus compañeras, Ángela Tenorio y Marizol Landázuri fueron quienes lo impulsaron a retornar, contó en su momento Álex. Su entrenador Nelson Gutiérrez lo preparó para que regrese en los Juegos Bolivarianos Santa Marta 2017, y estando allí, en unos pocos segundos una noche, el velocista ya había superado su mejor registro de Londres 2012.
Así comenzó a retomar su forma, e incluso superarla. En los Juegos Suramericanos Cochabamba 2018 se impuso con medalla de oro y una marca por debajo de los 20 segundos, lo que le dio el boleto a la Diamond League.
Sus hijas y su familia eran su motor. Para los Juegos Panamericanos de Lima el atleta reconocía que lo ahondaba la emoción pues el título continental llegaba con el nacimiento de una de sus nenas.
Hoy lo despedimos con dolor y mucho pesar, expresamos nuestras sinceras condolencias a su familia, amigos, seguidores. Nos cuesta creer que a sus 32 años haya llegado su partida.
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