La falsa confianza

 

Quien siga habitualmente mis publicaciones en esta página profesional. Se habrá percatado que una de las variables psicológicas más mencionada en ella, por su relevancia en el rendimiento deportivo, es la autoconfianza. Entendida ésta, por la fe o confianza, que un deportista pone en sus posibilidades para lograr las metas deseadas a través de sus competencias (físicas, técnicas, tácticas-estratégicas e incluso psicológicas) previamente entrenadas.

De hecho como podrán comprobar en los mencionados artículos. Destacaba que el principal problema asociado a dicha variable, que podría repercutir negativamente no sólo en el rendimiento sino también a la postre en la consecución de los objetivos planteados para una competición o temporada, no era otro que su bajo nivel.

Identificada esta demanda se pasaba acto seguido a la fase de intervención propiamente dicha, caracterizada por aplicar un conjunto de medidas cuyo único fin era elevar dicho nivel.

Pero otras veces más bien sucede lo contrario, el deportista presenta falsamente elevados niveles de autoconfianza, pudiendo afectar esto último no sólo a su rendimiento sino también a su autoestima, esto ocurre normalmente cuando el deportista "tiene una fe ciega en sus posibilidades o capacidades para afrontar y conseguir cualquier reto deportivo sin entrar a valorar de manera objetiva su estado actual", intentando con ello mantener una aparente imagen de fortaleza física y mental ante los demás significativos  del entorno (entrenador, compañeros, amigos y familia), con el objetivo último de proteger su estima no solo como persona sino también como deportista. 

Un ejemplo de ello lo ofrece aquel deportista que saliendo recientemente de un periodo largo de convalecencia por una lesión grave, cree (erróneamente) estar en condiciones de lograr en poco tiempo con el entrenamiento adecuado una mejoría en sus marcas personales pre-lesión, todo el mundo es consciente de que esto no es posible sin el adecuado y progresivo periodo de recuperación, pero en este caso, consciente o inconscientemente, el atleta se engaña a si mismo al mantener tal pretensión, buscando con ello evitar mostrarse ante los demás como un ser vulnerable y débil, haciéndoles creer en su lugar que está en condiciones de efectuar tal proeza para así mantener intacta su autoestima, de hecho la no consecución de tales metas quedarán excusadas de manera recurrente por el deportista  debido a la influencia negativa de cualquier factor interno (sufrir molestias debido a la lesión) o externo interferente (climatológico, mal arbitraje).

Desde la psicología deportiva se puede regular dicha variable a su punto óptimo, recurriendo principalmente a herramientas del tipo cognitivo-conductual como:

1- LA REESTRUTURACIÓN COGNITIVA que permita reemplazar dichas creencias irracionales por otras más ajustadas a la realidad donde se tenga en cuenta el estado actual del deportista (aquí y ahora).

2- ESTABLECER METAS REALISTAS Y ASUMIBLES que partan de la situación presente del deportista como es el hecho de salir de una lesión, han de ser por lo tanto objetivos más a corto y medio plazo buscando fortalecer la autoconfianza y estima personal, evitando así desarrollar la posible frustración que supondría imponer desde el principio metas a largo plazo inalcanzables.

3- DISEÑAR TAREAS U EJERCICIOS PARA LA SESIÓN DE ENTRENAMIENTO que tenga en cuenta tales objetivos con el fin de lograr la mejora en tales variables psicológicas.

4- LA MODIFICACIÓN DE EXPECTATIVAS del deportista respecto al rendimiento futuro de sus competencias, basándose dicho cambio más bien en los logros alcanzados con trabajo durante las sucesivas sesiones de entrenamiento, y no tanto en los estados anímicos del deportista.

Se podrían añadir otras muchas técnicas igualmente válidas y eficaces a dicha intervención que solo mencionaré sin ahondar en su descripción como podrían ser por citar algunas; la técnica detención de pensamiento, las autoinstruccione cuya puesta en práctica dependerá del asesoramiento de un psicólogo deportivo para la correcta adquisición y dominio por parte del deportista. 


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